miércoles, 24 de diciembre de 2014

Diminutas Reconciliaciones En El Asiento Trasero De Un Bondi Que Ya No Circula Porque Cambiaron La Linea Y Otras Cosas Fuleras

Miren: Las aromáticas parlengüenses excusofonías de siempre. Las conozco. Me conocen. Nos conocemos tanto que no nos pedimos plata ni cerramos la puerta para mear. Y vos? Hijo. Hija. Hije. Ijejeje. Todos iguales; sangre de la sangre de mi sangre inyectada en los ojitos de los hijitos del pensamiento lento lelo cerebelocancerbero. Todo esto está leído, todo lo leí antes de que se empape de tinta la cinta de la Lettera de (inserte tu ídolo sesentoso acá) y te digo más: MÁS.

Acá afuera donde me escondo hay una serie de cosillas en los rincones que no existen porque las esferas no tienen esquinas, d'accord? Entre ellas hay silencios que no se cierran como cajones viejos llenos de medias viejas con agujeros viejos que no uso pero que no tiro porque hey nunca se sabe cuándo podés necesitar un títere. Ustedes lo entenderán mejor que yo. No? La necesidad de los títeres? La necesidad de los viejos agujeros? No? La necesidad de pequeñas bolsas agujereadas rellenas de imaginación y miedo como se rellena de mayonesa y arroz un tomate bien bien carnoso?

Mirenescuchen: Leanatentamenteen: Yo. Hijo de Dédalo, de Dada, de Diabolo Bronco; parlateur oficial de Rongorongo y discreto acreedor de credenciales creditando crítica acribillante brillantemente escrita en prosa porosa. Mierda chabón si sos un Olivetti cualquiera!

Creérsela no es un arte. Creérsela es EL arte. Arteartista artuando: Vos sos lo que creíste, porque otros te lo permitieron. Vos no sos nada, fuera de tu estampa en las pobres cabecitas de los demás. Se me caen las palabras de los bolsillos y no las aceptan ni los mendigos que manguean ni los mancos que mendigüean. En la puerta de mi casa hay una puerta.

Prestame tus ojos un rato que juro te los devuelvo sanos, salvos, limpios y hasta con el aceite cambiado. Te voy a mostrar una cosa y tus ojos te la van a alcanzar hasta que te llegue al fondo del balero donde está el centro óptico el cual va a producir una imágen traducida en electricidad, que contiene una serie de lineas y dibujitos que el centro del lenguaje escrito de tu cerebro va a poder traducir en sentidos y conceptos que, insisto, son electricidad circunnavegando el bolo lípido que se esconde bajo el domo de calcio que usas de pancarta; ahí te va:

Todo es de acá. Lo de más allá no está. Todo es de acá.

Las ideas son electricidad circunnavegando un bolo lípido.

El resto no existe. Todo es de acá.

Y si no te gusta

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